miércoles, 4 de diciembre de 2013

El bonobo. Un primate altruista

Un nuevo estudio con primates, los bonobos —esa especie que comparte numerosos rasgos comunes con nosotros— quita la razón a este planteamiento y demuestra que individuos de esta especie comparten voluntariamente sus alimentos —son capaces de renunciar incluso a ellos— con extraños. Tan solo piden a cambio interactuar con ellos. Algo parecido a lo que llamamos búsqueda de una amistad. 
De hecho, los científicos norteamericanos autores de la investigación comprobaron que el comportamiento de los bonobos puede considerarse como generoso: dar algo sin esperar nada a cambio, tan solo por el placer de ayudar. A su juicio, estas pautas de comportamiento obtenidas en el trabajo reflejan que estos simios han evolucionado para permitirles las expansión de sus redes sociales.
Prefieren compartir con extraños, y eso se debe —según estos investigadores— a que valoran ampliar su red de contactos y relaciones más que la comida. Del estudio, además, se deduce que en su escala de valores sitúan por encima el hecho de aumentar su interacción con elementos extraños antes que mantener las relaciones de amistad existentes entre los miembros de la misma comunidad.
Los trabajos de campo se realizaron en la Republica Democrática del Congo, en la reserva Lola ya Bonobo, y tras ellos el grupo de investigación concluyó que, a diferencia de nosotros los humanos, no existe un altruismo puro entre ellos. O sea, que comparten, pero siempre y cuando a cambio obtengan como beneficio ampliar su red de contactos.
Sea por interés —por cierto, un atributo tambien humano— o movidos por un cierto sentimiento de generosidad, parece que una vez más no somos tan especiales como nos creemos y que todos los animales que pisamos esta tierra tenemos en común más elementos y pautas de las que nos creíamos. Un alivio, ¿no?

DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE - MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL.

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. 
Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.

Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:
"Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.
Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.
El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.
No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.
No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda. 
Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!"